26 de mayo de 2017

Narrativas escolares. Observación de una sesión de Lengua y Literatura en la ESO

La experiencia que hice en el Instituto Jorge Juan de Alicante  ha sido particularmente agradable y, para eso, tengo que agradecer a mi tutor del Prácticum Ricardo Matas, el profesor por excelencia que todos los alumnos desearían tener. 
Inicialmente, le pedí si podía observar y dar clase sólo en un curso de 1° o 2° de la ESO por el hecho de que tenía miedo al impartir clases a alumnos más mayores. Sin embargo él, viéndo mi inseguridad y querendo que yo aprendiera lo máximo, decidió llevarme consigo a todas las clases que tenía que impartir en los diferentes cursos, para luego darlas yo misma. 
Durante mi estancia, asistí a muchas clases tenidas en el PASE (programa de acogida al sistema educativo) y a dos clases tenidas respectivamente en un 1° de Bachiller y en un 4° de la ESO.
 En la clase tenida para el 1° de Bachiller, mi tutor tenía que explicar "la Comunicación y sus elementos". Una vez explicados los seis elementos de la comunicación (emisor, receptor, enunciado, codigo, canal y contexto), Ricardo dio algunos ejemplos para que los alumnos pudieran entender el tema. Luego, para mostrar las dificultades que se pueden tener en una conversación y los malentendidos que suelen pasar, se hizo un juego, lo del "Teléfono descompuesto", para que los chavales escucharan cómo un mensaje se va distorsionando al ser transmitido a lo largo de una cadena de oyentes. Los alumnos, divertidos y relajados, parecieron entender bien lo que el profesor quería transmitirle. A continuación, mi tutor hizo algunos dibujos en la pizarra para que se entendiesen los "tres actos de habla". 
La clase, de sólo 45 minutos, no nos dio el tiempo de adelantarnos con el tema. Sin embargo, dedicamos los últimos 5 minutos  a preguntas varias.

Al término de la clase, después de haberme felicitado con Ricardo por haberla tenido sin ningún esfuerzo o aburrimiento por parte de los alumnos, le pregunté si ellos habrían tenido que hacer exámenes  para comprobar el aprendizaje de algunos temas tratados (yo quería aprender a evaluarlos). Él me contestó diciendo que no quería evaluar a los alumnos por las notas que iban a sacar en los exámenes, sino por medio de la observación de las conductas y de las tareas que iban a desarrollan en el aula misma. En esto estuve totalmente de acuerdo con él. 
Creo que prepararse unos argumentos simplemente para aprobar un exámen pone al alumno en una condición de estrés que hace que aprenda los temas de manera mnemonística. Por lo tanto, el día en el que enseñaré de nuevo,  intentaré, por cierto, actuar de esta manera en la hora de evaluar a mis alumnos.

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